Investigación Rápida de Gendarmería: Caso Pablo Grillo
La reciente investigación de la Gendarmería Nacional sobre el caso del reportero gráfico Pablo Grillo ha suscitado gran interés y controversia. El cierre del expediente administrativo en un tiempo sorprendentemente corto ha levantado cuestionamientos sobre la transparencia y la objetividad del proceso. Este artículo examina las circunstancias que rodean este caso y su impacto en la percepción pública de la actuación de las fuerzas de seguridad.
El cabo Héctor Guerrero, señalado como el autor del disparo que hirió a Grillo, continúa en su puesto sin que se hayan presentado sanciones disciplinarias. ¿Qué significa esto para la confianza en las instituciones y el derecho a la manifestación pacífica? A lo largo de este análisis, exploraremos los detalles del sumario y las implicancias de las decisiones tomadas por la Gendarmería.

Un Cierre Controvertido
El 17 de marzo, cinco días después del incidente que dejó a Pablo Grillo gravemente herido, se inició la Información Administrativa N° 01/25. Este proceso buscaba determinar responsabilidades disciplinarias dentro del Destacamento Móvil 6. El Comandante Marcelo Porra Melconian ordenó la apertura de la investigación en un contexto de creciente presión social y mediática.
Sin embargo, el 18 de marzo, el Comandante Mayor Adrián Barressi presentó un informe final en el que se afirmaba que no había motivos para reproches disciplinarios. Esto generó críticas por la rapidez y superficialidad del análisis, ya que solo se tomaron declaraciones de miembros de la Gendarmería, dejando de lado las voces de testigos y víctimas.
Cuestionamientos a la Investigación
La familia Grillo ha señalado que el expediente refleja múltiples falencias que comprometen la seriedad y objetividad de la investigación interna. Según su perspectiva, el proceso no fue más que una formalidad destinada a proteger a los efectivos involucrados. Los equipos jurídicos de la Liga Argentina por los Derechos Humanos y del CELS, que actúan como querellantes, también han expresado su preocupación por la falta de un enfoque imparcial en la investigación.
El Hecho Fortuito
En un giro inesperado, el informe administrativo calificó el disparo que hirió a Grillo como un hecho fortuito, señalando que la culpa recaía en la ubicación del fotógrafo, quien se encontraba en la línea de tiro. Este argumento ha sido duramente criticado, pues parece desplazar la responsabilidad del uso de la fuerza por parte de la Gendarmería hacia la víctima.
El 19 de marzo, solo una semana después de los hechos, el expediente fue cerrado, pero no sin antes reabrirse tras nuevas evidencias que exigían una revisión más exhaustiva de los procedimientos utilizados durante el operativo. Sin embargo, el nuevo dictamen reafirmó las conclusiones originales, manteniendo la decisión de no formular reproches.
Implicaciones para la Fuerza Pública
Las declaraciones de los efectivos involucrados en la represión del 12 de marzo coinciden en que actuaron con profesionalismo y que todas las órdenes fueron claras y ajustadas a los reglamentos. Sin embargo, la insistencia en considerar el disparo como un accidente ha dejado en evidencia problemas graves en la forma en que la Gendarmería maneja la rendición de cuentas en situaciones de uso de la fuerza.
La Perspectiva de Guerrero
El cabo Guerrero se defendió al afirmar que actuó conforme al protocolo y que disparó al suelo, negando haber visto a alguien herido en el momento del incidente. Esta declaración fue realizada en un contexto controlado, lo que plantea interrogantes sobre la validez y la transparencia del proceso. Hasta ahora, Guerrero no ha declarado en el marco de la causa penal, lo que podría ofrecer un panorama más amplio sobre la situación.
Conclusiones
La forma en que se ha llevado a cabo la investigación en el caso de Pablo Grillo plantea serias interrogantes sobre la responsabilidad de las fuerzas de seguridad y la eficacia de los mecanismos de control interno. La rapidez con la que se cerró el expediente administrativo sugiere un intento de evitar una revisión más profunda que podría cuestionar la legalidad y la ética de las acciones de Gendarmería.
Es fundamental que la sociedad mantenga la atención en estos casos, exigiendo una mayor transparencia y responsabilidad en las investigaciones sobre el uso de la fuerza por parte de las autoridades. Este tipo de situaciones no solo afectan a las víctimas directas, sino que también impactan la confianza en las instituciones encargadas de garantizar la seguridad y el orden público. ¿Cómo podemos, como sociedad, asegurar que se respeten los derechos humanos en todas las circunstancias? Es un llamado a la reflexión y a la acción.
Te invitamos a seguir explorando más sobre este tema y a compartir este análisis con otros interesados en la defensa de los derechos humanos y la justicia social. Mantente informado y comprometido con la búsqueda de respuestas y la rendición de cuentas.